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Foto: Francisco J. García |
Recordar que el escape libre es un ascenso rápido realizado desde cualquier profundidad, sin regulador, simplemente expulsando durante el ascenso, todo el aire alojado en nuestros pulmones para no sufrir una sobreexpansión pulmonar.
Estudios estadísticos de DAN (Divers Alert Network) revelan que los accidentes causados por los ascensos rápidos incontrolados, son originados casi exclusivamente por cursos de formación de buceadores. Esto es que este tipo de accidentes suelen ocurrir durante las prácticas en cursos de este tipo de ascenso, bien por que el alumno entra en pánico, se bloquea la glotis o simplemente porque no realiza bien el ejercicio y no expulsa de forma correcta el aire.
Las divergencias sobre la idoneidad de realizar este ejercicio viene dado por las discrepancias de muchos profesionales de evitar todas aquellas acciones de riesgo, que puedan desembocar en un accidente. Si resulta que durante la formación que se imparte a submarinistas, se evitan cualquier situación de riesgo, no tiene sentido poner a una persona en una situación “real” precisamente para que sepa reaccionar bien en esa situación. Lo que hay que enseñar es a no llegar a esa situación y si por desgracia se llega a ese escape libre y ocurre un accidente, pues reaccionar de forma rápida para dar asistencia sanitaria a ese submarinista. Pues a pesar de lo que se nos enseña en nuestra formación, este tipo de accidente extrañisimas veces ha sido mortal o ha dejado secuelas graves.
Por el contrario, la experiencia en la formación, experimentar situaciones reales “controladas”, etc hace que sepamos reaccionar, en este caso expulsando el aire adecuadamente y manteniendo el control, ante un ascenso incontrolado. Este tipo de ejercicios más complejos hacen que ganemos confianza y seguridad en el agua y que nuestro cuerpo y mente controlen mejor el estrés.
Foto: Francisco J. García |